EL HOMBRE DEL ESPERMA SALTARÍN
Estás en un bar con una amiga y te entra un tío. Extranjero, atractivo, entre treintaymuchos y cuarentaypocos, profesor de arte, con el puntito justo de labia y buen humor… vamos, que te lo terminas tirando.
Tiene una casa encantadora, con cientos de libros y cuadros pintados por él mismo que te encantan. El puntito justo de buen gusto, cultura, buena conversación y buenos polvos. Vamos, que sigues tirándotelo una temporadita.
Una tarde de verano tras una estupenda sesión no tienes fuerzas ni para moverte. Él se quita el condón, se le resbala de la mano y cae una manchita en la sábana al otro lado de la cama. Y escuchas un alarido que te saca de tu tembleque-post-multi-orgasmo:
-¡¡¡SALTA DE LA CAMA!!! ¡¡¡APARTA ANTES DE QUE TE LLEGUE UNO, ESTOS BICHOS SALTAN!!!
Saltas con el piloto automático porque no estás para pensar, y puede que esté hablando de saltamontes asesinos, vete a saber. Pero cuando le ves observando la manchita en la sábana no entiendes nada.
-Esto… ¿Qué? ¿De qué bichos hablas?
-¡De los míos! ¿No ves que están en la sábana? ¡Aparta, no quiero tener más hijos! ¡¡Viven 48 horas, no te acerques!!
Y no das crédito. Parece un tío cabal, pero parece que también tiene el puntito justo entre la aparente normalidad y la irracionalidad más absoluta.
Y todavía sin estar segura de si habla en broma o no, le dices eso de que «sus bichos» fuera de sus condiciones habituales de temperatura y humedad viven 10 minutos como mucho, que en la escala humano-espermatozoide el viaje desde la mancha de la sábana hasta mis ovarios es como siete vueltas al mundo a la pata coja con tacón de aguja. Y él te mira con cara de «pobre muchacha ignorante, cualquier día de estos se queda embarazada en la piscina». Así que decides que tu tembleque es prioritario y te vas al sofá a recuperarte para que él se quede tranquilo.
Al día siguiente te llama y te invita a cenar en su casa. Y cuando te presentas con una botella de Enate Gerwüztraminer como buena invitada, él te recibe con un regalito. Lo abres y es un Predictor. Y ya comienzas a alucinar de verdad. Le convences de que es ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE que te hayas quedado embarazada con el incidente del día anterior y decides cambiar de tema. Y te organizas para convertirte en el aperitivo. A ver si concentrándose en el sexo oral se le olvida la tontería. Y cuando el buen hombre ha conseguido tu tercer orgasmo y tienes claro que tiene un verdadero talento como comensal, apoya el oído en tu vientre todo tierno y dice:
-Tú dirás lo que quieras, pero creo que puedo escuchar crecer a nuestro hijo ahora mismo.
Y antes de que te vaya a hacer un arrumaco más, sales corriendo dejando tras de ti un agujero en su puerta con tu silueta dibujada.
PRÓXIMAMENTE… LOCOS EN MI VIDA I. EPÍLOGO